jueves, 13 de septiembre de 2007

El 13 sin mufa

Con una formidable actuación Roberto Carlos Abbondanzieri se sacó la mufa de la Copa América y demostró una vez más que, pese a algunas malas actuaciones, no le pesa la camiseta de la selección.
No le importó cambiar la casaca con el 1 por la del 13 porque lo sabe: el titular, más allá de todas las especulaciones, será quien demuestre estar a la altura de las circunstancias.

A fuerza de varias participaciones clave y con la suerte como aliada, Abbondanzieri volvió a ser el arquero de las maravillas. El más claro de los ejemplos se dió al promediar el ST cuando un tiro libre de Bresciano dio en el travesaño, en su cabeza, otra vez en el travesaño y luego en su espalda para finalizar en córner.

En un encuentro que, por su seguridad, pareció rememorar sus viejas hazañas con la azul y oro, el Pato estuvo bastante exigido y obtuvo un sobresaliente. Con ésta actuación reabrió la polémica por la propiedad de los tres palos albicelestes y puso en un verdadero brete al entrenador argentino.

Australia fue el último rival del combinado albiceleste antes de las eliminatorias por el mundial de Sudáfrica. No obstante, suenan tres nombres para un solo puesto:

Juan Pablo Carrizo, aclamado por muchos como el nuevo guardameta titular regresó sin poder debutar en el calcio y ahora hace trabajo de administrativo: va seguido al banco;

Oscar Ustari, tercer arquero en Alemania 2006, en la actualidad es el suplente del Pato en el Getafe;

Roberto Carlos Abbondanzieri, ¿ex? dueño de la 1 desde la segunda fase de las eliminatorias para Alemania 2006, luego de algunas desafortunadas lesiones (ante el conjunto local en el último mundial) y flojas actuaciones ( no hace falta recordar el último enfrentamiento con Brasil) es resistido por muchos que piden un recambio generacional en el seleccionado.
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Pero, en vista del panorama poco alentador de los jovenes guardametas y de la convincente actuación del Pato, seguramente el DT va a convenir que el cambio de juventud por experiencia, chapa, laureles y algo de suerte es un negocio redondo para un equipo que, por momentos, parece penar en el campo de juego.


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