Si bien es cierto que en Argentina dos micros fueron apedreados por la barra brava boquense, las agresiones de la Torcida excedieron todo tipo de límites. Lo sucedido no fue consecuencia del folclore futbolístico, fue el neto resultado de la provocación dirigencial del equipo finalista. Los responsables deben ser sancionados para que no vuelva a repetirse una situación similar.
jueves, 21 de junio de 2007
La Guerra por el Continente
Tras el gran resultado en el partido de ida en la Bombonera, el conjunto de Miguel Ángel Russo viajó a Brasil. Los gremialistas, en un negativo retroceso a los años ´70, provocaron disturbios y desmanes desde la llegada del plantel xeneize a la tierra carioca hasta la finalización del encuentro.
Si bien es cierto que en Argentina dos micros fueron apedreados por la barra brava boquense, las agresiones de la Torcida excedieron todo tipo de límites. Lo sucedido no fue consecuencia del folclore futbolístico, fue el neto resultado de la provocación dirigencial del equipo finalista. Los responsables deben ser sancionados para que no vuelva a repetirse una situación similar.
Si bien es cierto que en Argentina dos micros fueron apedreados por la barra brava boquense, las agresiones de la Torcida excedieron todo tipo de límites. Lo sucedido no fue consecuencia del folclore futbolístico, fue el neto resultado de la provocación dirigencial del equipo finalista. Los responsables deben ser sancionados para que no vuelva a repetirse una situación similar.
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